Últimamente se habla mucho en las editoriales dedicadas al diseño de interiores de las cocinas abiertas, refiriéndose como tal a aquellas cocinas que se abren a la sala de estar. En Decoluxe no vamos a hablar, sin embargo, de ese tipo de cocinas, sino de aquellas que se abren al exterior.
Las cocinas abiertas al jardín son un lujo accesible. Todo lo que debemos hacer para conseguir abrir el espacio es suprimir uno de los tabiques y sustituirlo por puertas de cristal que nos permitan abrir el espacio de lado a lado. Con las puertas abiertas, la sensación será la de estar cocinando en el jardín.
El abrir la cocina al jardín transformará por completo la estética de la cocina. Pero mas allá de las ventajas estéticas, debemos hablar de las ventajas prácticas. Abrir la cocina al jardín posee numerosas ventajas que tiene que ver a groso modo con la disposición de luz natural, la ventilación o la comodidad.
Repasamos las ventajas mas importantes:
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La abundante luz natural que entrará a la cocina traerá consigo un importante ahorro en la factura de la luz.
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Con las puertas abiertas de lado a lado conseguiremos una mejor ventilación; evitando así que tanto vapores como olores se acumulen en nuestra cocina.
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El espacio fluirá naturalmente del interior al exterior. Nadie se sentirá aislado mientras cocina ni tendrá que sortear obstáculos al entrar o salir para servir la mesa.
Conocidas las ventajas, la siguiente pregunta que debemos hacernos es: ¿cómo conseguimos esa sensación de apertura que buscamos? Lo cierto es que existen diferentes mecanismos para ello; desde las clásicas puertas francesas, hasta modernos sistemas deslizantes, batientes y/o plegables.
Dependiendo del espacio disponible en la cocina, puede resultarnos mas interesante un sistema u otro. También resulta conveniente, puestos a aprovechar todas las ventajas de abrir la cocina al exterior, apostar por un sistema con rieles ocultos y no superficiales, de forma que no supongan un obstáculo.
¿Os gusta la idea de abrir la cocina al jardín?