Todas las zonas de la casa deben estar limpias y bien cuidadas para poder sentir que el hogar es cálido y acogedor, a nadie le gustan las viviendas sucias. Pero la cocina es una de las zonas de la casa que debe estar más limpia de todas puesto que es donde guardamos los alimentos que ingerimos y donde cocinamos. Además, ¿te imaginas vivir en un hogar donde la cocina estuviera constantemente sucia? Además de que los olores serían insoportables estoy segura que tu nivel de estrés también aumentaría.
Pero claro, quizá ahora estés pensando que no es tan fácil tener la cocina limpia a todas horas y menos cuando el ritmo de vida que llevas no te permite casi ni estar 5 minutos sentado ni para reposar y descansar. Pero cuando llega la noche, después de cenar, antes de que empiece tu programa de televisión preferido o de leer tu libro tienes un tiempo que puedes aprovechar para que tu cocina quede limpia e impecable.
Lo primero que tienes que hacer cada día es dedicarle unos minutos a tu cocina para evitar que la grasa y la suciedad se acumule, porque si permites que eso ocurra… entonces sí que es cierto que te costará mucho poder tener la cocina en buenas condiciones cada día. Por ejemplo, si cada día comes en casa no dejes los platos por limpiar «para después», este es un mal hábito que sólo te servirá para estresarte y que tu cocina se vea sucia, por este motivo nada más terminar de comer tendrás que guardar las sobras o congelarlas si crees que podrás aprovecharlas.
Una vez hecho esto tendrás que fregar los platos o poner el lavavajillas para limpiar todo lo que tengas pendiente dentro del mismo. Después barre el suelo, limpia las superficies y deja todo bien ordenado para que quede visualmente estético y además realmente limpio. Y si te da tiempo… ¡friega el suelo! Aunque parezca que es mucho, si lo haces cada día no te llevará más 10 minutos.