Es posible que en tu hogar tengas una pared (o más de una) de ladrillos con el clásico color del ladrillo. El color del ladrillo es atractivo pero en ocasiones puedes desear cambiar de tonalidad en las estancias para poder dar una mirada más fresca con pintura y sentirte mejor dentro de tu hogar. Hoy quiero darte algunos consejos para que consigas hacerlo y que además te resulte tan sencillo que en el futuro lo puedas hacer también sin problemas.
Antes de nada tendrás que reunir los materiales, necesitarás: un cepillo apto para pintar ladrillos, cubiertas de plástico, cinta de pintor, una solución de mampostería estabilizadora para el ladrillo, pinceles, pintura, bandeja para el rodillo, rodillos de diferentes tamaños y pinceles angulados. Pero una vez que tengas todo, ¿cómo tienes que pintar una pared de ladrillo?
- Primero tendrás que barrer toda la superficie de ladrillo con un cepillo para eliminar todos los residuos que pueda contener.
- Después tendrás que cubrir y proteger los muebles o cualquier superficie con trapos o bolsas de plástico.
- La cinta de pintor es importante para marcar el perímetro de la pared del ladrillo.
- Tendrás que tener la estancia bien ventilada y aplicar una solución de mampostería estabilizadora para el ladrillo y dejar que se seque (en la ferretería lo podrás encontrar). Esto hará que el ladrillo quede sellado y podrás preparar la superficie para la pintura. El tiempo de secado dependerá del clima de tu entorno, pero si es necesario aplica otra capa.
- Cuando el ladrillo esté seco aplica la pintura deseada en la pared. Los rodillos pequeños y los cepillos angulados te ayudarán a dar una cobertura total.
Es más fácil de lo que te imaginas ahora mismo, simplemente ve a tu tienda de pintura y consigue los materiales necesarios y el color que más te guste. Si es necesario déjate asesorar.