El vintage no hay que definirlo.
Los cuadros de inspiración oriental conviven con otros modernistas y piezas de grandes diseñadores, en un excelente ejemplo de como pueden coexistir los más diferentes estilos en armonía y con un gusto exquisito. El cóctel es prácticamente perfecto. La mezcla de colores se equilibra en la propia fusión; el estampado y diseño de los cojines les hace parecer pequeños cuadros Op Art con un aire totalmente setentero. En las paredes, el papel pintado rebosa Art Decó por los cuatro costados.
El vestidor nos transporta a una mezcla del Camdem Town londinense con el atelier de John Galliano -mientras suena de fondo Smells Like Teen Spirit-. En el living encontramos la pasión templada de la Bauhaus, con la naturaleza y los toques cálidos rompiendo su austeridad.
Los pequeños detalles engrandecen las estancias. La viva energía de las plantas tiene su contrapunto en esculturas black power y colecciones de arquitectura, diseño y moda…
Estamos ante un tesoro del Siglo XX, pero siempre actual y lleno de vida. Ops, parece que tuve un déjà vu…
Que pasada de decoración, me gustan muchísimo las fotos 🙂
alguien me pueda ayudar con las laminas del orientacion oriental. donde puedo conseguirealas o nombre del autor.
gracias.
libros en la cama no lo creo mas cuidado